viernes, 28 de junio de 2013

El autoconsumo: las claves para una medida que se hace esperar


El modelo energético de autoconsumo ha levantado muchas expectativas y en el sector no cabe duda de que supondrá un gran cambio en el ámbito de la energía, pero también en el panorama social y económico. La pregunta ahora es: ¿Cuándo echará a andar? Y, más concretamente, ¿cómo se tendrá que llevar a cabo?

Por el momento, se sabe que el Gobierno incluirá la normativa del autoconsumo en el próximo paquete de medidas de la reforma energética, que ya se está definiendo, aunque lo cierto es que la tramitación del real decreto sobre balance neto, que ya ha recibido el preceptivo dictamen de la Comisión Nacional de Energía (CNE), acumula más de un año de retraso, pues se inició en noviembre de 2011.

Mientras los trámites normativos y políticos siguen su curso, son varios los aspectos que hay que tener en cuenta para la correcta implantación de este nuevo modelo revolucionario, que espera dar más agilidad al sistema energético y hacer más autosuficiente. 

Por un lado, como bien señala la Plataforma para el Impulso de la Generación Distribuida y el Autoconsumo Energético, el tamaño de los sistemas de autoconsumo debe ser acorde con la potencia contratada por el consumidor. En la actualidad hay un límite máximo de 100 kW que impide su aplicación en numerosas ramas industriales y explotaciones agrarias, lo que les impide la mejora de su competitividad.

La Plataforma también indica que se debe autorizar el autoconsumo compartido para que varios consumidores puedan beneficiarse de una misma instalación, como ocurriría en una comunidad de propietarios o un polígono industrial. 

También sería idóneo permitir que el titular de la instalación y el de la superficie donde ésta se ubica sean distintos, para facilitar modelos de negocio propios de las empresas de servicios energéticos.

Además, según el criterio de la Plataforma, con el que ya se ha mostrado en sintonía la CNE, el autoconsumo instantáneo debe estar exento del pago de peajes por el acceso a las redes –puesto que no se están usando–, mientras que el intercambio de energía propio del balance neto sólo debe abonar los peajes que le correspondan por el uso efectivo de las mismas.

Para que no queden dudas sobre el ritmo de incorporación al sistema eléctrico de las instalaciones de autoconsumo con balance neto, la Plataforma propone el establecimiento de cupos anuales: 200 MW el primer año, 300 MW el segundo, y 400 MW el tercero y siguientes, con la posibilidad de adaptarlos en función de la evolución del mercado.

Y, en definitiva, las tramitaciones administrativas deberían reducirse al mínimo necesario, evitando el retraso de los proyectos y los sobrecostes derivados.

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